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La alerta temprana que no llega

Reportes oficiales del Inameh indican que existen 18 estaciones meteorológicas en Vargas, pero sólo  13 están operativas. Las instalaciones para medir la lluvia y prevenir desastres fallan por falta de repuestos o vandalismo. Expertos de la UCV calculan que se necesitan aproximadamente 165 estaciones

Edgar López 

Cualquiera pudiera decir, a la ligera, que es una cascada hermosa; pero solo cualquiera que no sepa -u olvide- que ese río que atraviesa Macuto causó destrucción y muerte durante la tragedia de Vargas.


Son las 3:00 pm del 21 de noviembre de 2019 y varios niños se bañan al pie de la presa ubicada en la parte alta del sector La Veguita, también llamado El Infiernito, que fue construida después del deslave ocurrido hace 20 años.  


El cielo está encapotado y los habitantes del sector aseguran que en las cabeceras del río está lloviendo copiosamente. “Mira hacia arriba, hacia la montaña. ¿Tú ves aquel hilito marrón que baja del cerro? Bueno, eso es porque allá está lloviendo duro y tenemos que estar atentos. Cada vez que crece el río baja un poco de piedras, que pasan por encima de la presa porque está taponada. Varios de los peldaños de esa presa, como tres, están enterrados por los sedimentos”, afirma John Anthony Mejías, un joven de 21 años de edad. 


A un extremo de la presa de La Veguita y cubierto de monte, está lo que queda de un listón que en algún tiempo sirvió para medir el caudal del río. Al menos en ese lugar es una quimera el establecimiento de un sistema de alerta temprana que permita evaluar con suficiente antelación las condiciones hidrometeorológicas y evitar desastres.

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El medidor del río en el sector La Veguita está tragado por la maleza | Foto: Mairet Chourio

Un reporte oficial del  Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) fechado el 13 de noviembre de 2019 indica que en Vargas existen 18 estaciones meteorológicas. Trece son estaciones pluviométricas, que sirven para medir la intensidad de las lluvias y están ubicadas en Camurí Chico, Carayaca, Caruao, El Banqueo, Hermandad Cristiana, La Guitarrita, La Zorra, Los Caracas, Naiguatá, Patio Recreacional, Petaquire, Puerto Cruz y Puerto Oricao. Dos son estaciones hidrométricas, que miden el volumen del agua que fluye por ríos y quebradas y están ubicadas en  Mamo Piache II y PuertoMaya. Y otras dos son estaciones sinópticas, que son las de mayor complejidad porque evalúan muchas más variables meteorológicas y están ubicadas en el aeropuerto de Maiquetía.


Fuentes del Inameh precisaron que solo trece estaciones están operativas, cuatro están fuera de servicio por falta de repuestos y una fue vandalizada. Sin embargo, aseguran que esas trece que funcionan son suficientes para atender con éxito cualquier contingencia en Vargas, como las ocurridas en la entidad en 1999, 2005 y 2010. Destacan que el Inameh también cuenta con cinco radares meteorológicos y siete estaciones de atmósfera superior.

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Funcionarios del Inameh aseguran que el organismo dispone de cinco radares meteorológicos y siete estaciones de atmósfera superior | Foto: Mairet Chourio

“Con el proyecto Predere, entre 2000 y 2012 y desde Los Caracas hasta Oricao, se instalaron aproximadamente 270 estaciones de alerta temprana, pero con el paso del tiempo todas fueron vandalizadas. Algunos creían que las baterías podían servirle a una moto y las robaban. Por otra parte, los equipos se iban deteriorando, sobre todo las baterías y los sensores, y no teníamos esas partes para reponerlas. Si había presupuesto, se podía comprar; si no había presupuesto, no se podía comprar… algo que normalmente nos pasa a todos estos ministerios. Y, así, el sistema fue decayendo y decayendo”, explicó uno de los funcionarios del Inameh.

“Se instalaron aproximadamente 270 estaciones de alerta temprana, pero con el paso del tiempo todas fueron vandalizadas”

Funcionario del Inameh

A partir de 2017, aseguran las fuentes oficiales consultadas, se comenzaron a instalar nuevas estaciones con mejor tecnología: “Por ejemplo, ahora utilizamos paneles solares. Sin embargo, la vandalización persiste, como ocurrió en la una estación ubicada en Camurí Chico, a pesar de que tenía custodia de la Guardia Nacional. Allí instalamos una de las nuevas”.


“Con esas 19 estaciones –el documento al cual tuvo acceso Efecto Cocuyo indica que son 18-, tenemos cubierto el estado La Guaira. Sin embargo, nosotros estamos elaborando un proyecto de instalación de más de 300 estaciones (en todo el país). Es un trabajo largo y de mucha inversión. Cada estación puede costar hasta un millón de dólares”, agregó otro técnico del Inameh.

 

Las luces de la UCV
 

Después de la tragedia de 1999, la Universidad Central de Venezuela participó en la instalación de aproximadamente 30 estaciones meteorológicas en Vargas, en algunos casos con financiamiento de la Unión Europea.  El jefe del Departamento de Hidrometeorología  de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela, Abraham Salcedo, explica: “Lo ideal es instalar muchas estaciones y luego, previa evaluación de los registros que se obtengan de cada de una de ellas, determinar cuál es el mínimo que se requiere en cada cuenca. La idea es optimizar la red, pues la instalación y mantenimiento de estos equipos es muy costoso. Con ese propósito y el financiamiento del Fonacit (Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología), se instalaron 14 estaciones en la cuenca del río San José de Galipán. Se hicieron unas primeras evaluaciones, pero esas y todas las estaciones fueron entregadas al Ministerio del Ambiente y luego al Inameh. Ellos se encargarían de operarlas y mantenerlas. Después de eso, los investigadores de la UCV no hemos tenido mayor información”.
 

“La idea es optimizar la red, pues la instalación y mantenimiento de estos equipos es muy costoso”

Abraham Salcedo,
hidrometeorólogo de la UCV

El experto lamenta la desvinculación de la universidad con los organismos del Estado en cuanto al manejo de la información meteorológica en Vargas: “Nosotros instalamos estaciones con tecnología de punta y nos llegaban los datos al teléfono celular en tiempo real”.


El estado Vargas tiene  55 cuencas hidrográficas, 23 de las cuales fueron afectadas por la tragedia 1999. Salcedo insiste  que para determinar el número requerido de estaciones meteorológicas es necesario hacer estudios específicos. Sin embargo, asegura que, como mínimo, se requieren tres estaciones por cada cuenca: una aguas arriba, una en el medio del río o quebrada y una aguas abajo. Una simple multiplicación indica que se necesitarían 165 estaciones estaciones meteorológicas  en Vargas, pero sólo funcionan 13.

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Los habitantes del sector La Veguita volvieron a construir viviendas en la zona arrasada por el río que atraviesa Macuto, cerca de una de las presas colapsadas | Foto: Mairet Chourio

El experto aclara que las estaciones meteorológicas constituyen apenas un eslabón del sistema de alerta temprana requerido en Vargas. La información recabada en las estaciones es la base del análisis que deben realizar expertos, en este caso del Inameh, para elaborar un pronóstico que, además de lo técnico, debe incluir otras variables, principalmente la vulnerabilidad de la población y las edificaciones eventualmente amenazadas por la crecida de un río o quebrada.

La calma del ministro


Desde el Inameh se explicó que a ese organismo no le corresponde emitir avisos de alerta a la población: “Cuando alguna de nuestras estaciones pasa el umbral de 2,5 milímetros de precipitaciones, nosotros transmitimos esa información a las autoridades de Protección Civil, que son las encargadas de alertar a la población y, si fuera necesario, acordar la evacuación de zonas de riesgo. Es un asunto muy delicado, porque una alerta falsa, basada en un pronóstico incorrecto, también puede causar problemas”.


Entre las estrategias del Estado, a través del Viceministerio de Gestión de Riesgos y Protección Civil, está la sectorización de las áreas peligrosas, mediante el esquema de “cuadrantes de paz” correspondiente a la Misión A Toda Vida Venezuela. A decir del ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, no hay nada que temer: “En el estado La Guaira se han producido fuertes lluvias y no se ha registrado ningún  fallecido, ni hechos que lamentar”, aseguró Reverol el 5 de noviembre de 2019.
 

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Algunos volvieron a construir viviendas en zonas devastadas en 1999 | Foto: Mairet Chourio

Abraham Salcedo considera que la educación de los habitantes de zonas peligrosas es fundamental y que los pluviómetros artesanales, que se construyen con materiales de desecho, son muy útiles. Sin embargo, los habitantes de La Veguita, en Macuto, no saben nada de eso. Es el caso de Janeth Domínguez, la madre de uno de los niños que el 21 de noviembre de 2019 se bañaba al pie de la presa colmatada de sedimentos y, por lo tanto, inservible.  La mujer de 34 años de edad perdió su casa durante la tragedia de 1999, pero volvió a construir en el mismo lugar. Aunque dijo estar preocupada porque el agua comenzaba a ponerse marrón, como el “hilito” que esa tarde se veía en lo alto de la montaña, igual le ordenaba al muchachito: “Báñate bien y te no te salgas de allí hasta que estés bien limpio”. 

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